La nueva etapa de la plataforma se llena de incertidumbres, sobre todo tras los despidos y dimisiones masivas, pero también debido a las últimas decisiones de Musk.
Libertad de expresión y Trump. Antes de la compra Musk se había comprometido a eliminar los bots que según él inundaban Twitter, pero también se autocalificó como un "absolutista" de la libertad de expresión que se plantearía reabrir las puertas a usuarios que habían sido baneados. El primero de esos usuarios, uno de los más ilustres, fue Trump. Hace apenas una semana Twitter reabrió su cuenta.
Peligro con Apple y Google. Según algunos expertos, estos movimientos ponen en peligro a Twitter. Alejandra Caraballo, experta en ciberleyes en Harvard, comentaba en The Washington Post cómo Apple y Google deberían comenzar a considerar "seriamente" la posibilidad de expulsar a Twitter de sus plataformas, la App Store y Google Play Store. Estas últimas decisiones, explicaba Caraballo, convierten en peligrosa a la red social y podrían reactivar los discursos de odio, el acoso o la "celebración de la violencia".
Cyberphone a la vista. La periodista Liz Wheeler planteó precisamente esa pregunta a Musk en Twitter y sugirió una solución: si la banean, "Musk debería producir su propio smartphone", explicaba. El multimillonario respondía poco después: "ciertamente espero que no lleguemos a eso, pero sí, si no hay otra opción, haré un teléfono alternativo".
Hay un precedente. De hecho, tenemos un ejemplo claro de una empresa que tuvo que hacer su "teléfono alternativo" recientemente. Se trata de Huawei, que al ser vetada por Google comenzó a lanzar sus (estupendos) móviles sin esos servicios y aplicaciones. El resultado ha sido terrible para Huawei, que de vender más que nadie ha pasado a ser un fabricante que pocos eligen precisamente por la incomodidad de no poder acceder de forma nativa a una plataforma que domina absolutamente el mercado.
Comments